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miércoles, 3 de marzo de 2010

Meditaciones de toma de Contacto… con el Ser.


Somos un cosmos igual que el Cosmos que vemos en la media noche….

Nuestro cuerpo vibra en conjunto con cada frecuencia de cada órgano, pero forma una gran orquesta que da como resultado final una música cuya frecuencia definitiva, equivale al estado de cada uno de sus órganos y de la mente individual de ese ser…

Aunque cada órgano tiene una frecuencia directamente proporcional a sus funciones, se une al tono resultante de todas las frecuencias del organismo vivo y así en las plantas, los minerales y los animales…

La diferencia entre un organismo vivo y otro de la misma especie, depende solo de sus parámetros individuales de pensamiento y realización…

Esa individualidad sutil es siempre cercana a la de los otros de su misma especie, pero conserva la individualidad de su ser creado…

Lo que abarca a toda esa frecuencia de resonancia individual y contiene toda la información resultante, es el agua en el ser vivo del Reino y especie concreta, y el lugar donde encontramos esa agua que recorre absolutamente todos los órganos y sus funciones, es la sangre del ser de la especie de cada reino.

En el caso de los seres humanos y animales… está en su sangre, en el reino vegetal en sus distintas especies, está en la savia de cada planta o árbol… y en las rocas, está en la esencia pura de la destilación de sus partes… que también tienen agua a niveles muy pequeños… pero que aparecen, si destilamos las piedras en un matraz cerrado…

El agua está presente en todo, por ello es el Vehículo Universal de todo en todo…

Con cada gota de sangre o savia obtenemos la razón personal de cada especie, y elevando a la tercera o cuarta potencia por encima de su punto cero, obtenemos la capacidad de reactivación y eliminación de todo aquello que en lo físico no esté en orden, y por el efecto de Infinita Correlación es depurado inmediatamente por la Realidad Cósmica Interior… que siempre va hacia la perfección cuántica… y física por lo tanto. Esto da como resultado la excreción de todo aquello que no está en el Orden Cósmico personal y Universal…

Es como el efecto de decantación de una sustancia más burda, que equivale a una frecuencia más baja, en una solución acuosa en un vaso de decantación, observando cómo queda en la parte inferior del líquido lo mas pesado, y en la superior lo puro, lo limpio, lo universal individual… de aquel líquido en decantación, perteneciente a una individualidad concreta…

Al igual que en la mezcla de un vaso de agua pura y arcilla, al dejarla decantar… se separa lo sutil de lo más grosero en el fondo, nuestro organismo en sus múltiples funciones, intentan separar las toxinas de lo que es puro para el funcionamiento perfecto de su completa sinfonía de frecuencias. El organismo utiliza un vaso de decantación dentro de sus órganos, incorporado en sus propias funciones de cada órgano y los excreta a través de los emuntorios u órganos excretores, como son los pulmones, la piel con el sudor, a través de la orina y por la heces a través del intestino. Por otro lado, también a través de las mucosas de la nariz, de la saliva y mucosas del aparato reproductor. Estos otros lugares como las mucosas, aparte de tener sus funciones controladoras de la entrada de microorganismos, actúan también como emuntorios de aquello que no está en orden con la Gran Orquesta Cósmica individual… del individuo.

Cuando el individuo, en su coexistencia de alma, mente y cuerpo están en armonía, todo es perfecto, pero cuando comienza algún conflicto entre cualquiera de ellos, surge la desafinación de los instrumentos correspondientes y se producen las disfunciones, luego las lesiones y posteriormente la saturación de las toxinas… que de no facilitar su excreción, llevan finalmente a la destrucción del organismo en su totalidad…

Hagamos pues de nosotros, una orquesta entre mente, cuerpo y alma… que resuene con la Totalidad del Cosmos en toda la Creación… esto solo lo conseguimos tomando consciencia de nuestros actos, que vienen de nuestras sensaciones y pensamientos… ello también nos conducirá a la toma de los alimentos armonizadores, que la Madre Naturaleza nos proporciona a través de las plantas, frutas y minerales adecuados.

Dediquemos un rato a conversar con nuestras células y unamos ese momento con nuestra comunicación con los demás seres que conforman los distintos Reinos… esto ayuda a acercarnos aunque sea tímidamente, a la Unidad… a la Totalidad…

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