Envenenamiento
Cuando la persona se ve expuesta a niveles excesivos de radiación se habla ya de envenenamiento por radiación.
Este tipo de exposición, llamada radiación ionizante, tiene suficiente energía para ionizar la materia, es decir, interferir con su estado básico y, en el caso del organismo, interferir con el proceso de división celular.
Este tipo de radiación causa problemas graves que, después de la primera ronda de síntomas moderados, puede provocar un período breve sin enfermedad aparente.
Unas 200.000 personas han sido evacuadas de la zona donde se encuentra la planta de Fukushima.
En ese lapso, sin embargo, pueden ocurrir lesiones potencialmente fatales en los órganos internos.
La unidad que se utiliza para medir la dosis absorbida de radiación es el gray (Gy).
Una exposición a una cantidad de radiación de cuatro Gy típicamente provoca la muerte en la mitad de los adultos sanos afectados.
En comparación, la terapia de radiación para tumores por lo general involucra varias dosis de entre uno y siete Gy por tratamiento, pero son dosis totalmente controladas y dirigidas a regiones u órganos específicos del paciente.
Existen medicamentos disponibles que pueden incrementar la producción de glóbulos blancos para contrarrestar los daños que pueden ocurrir en la médula ósea y reducir el riesgo de lesiones en el sistema inmunológico.
También hay fármacos específicos para ayudar a reducir los perjuicios a órganos internos causados por las partículas radiactivas.
Sin embargo, la radiación ionizante tiene la capacidad de causar daños importantes en los procesos químicos internos del organismo.
Cáncer
La gravedad del daño causado a un individuo dependerá de cuánto tiempo se vio expuesto a la radiación y en qué nivel.
Pero uno de los principales riesgos a largo plazo es el cáncer, porque la radiación puede trastornar totalmente el proceso de crecimiento y división de las células.
Uno de los principales riesgos a largo plazo es el cáncer, porque la radiación puede trastornar totalmente el proceso de crecimiento y división de las células.
Y los daños que causa la radiación también pueden resultar en cambios -o mutaciones- en el ADN, los que potencialmente pueden pasarse de una generación a otra.
Pero tal como le explica a la BBC el profesor Richard Wakeford, experto en exposición a la radiación de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, si las autoridades de Japón actúan con eficacia, podrían evitarse los perjuicios importantes a la salud en la mayoría de la población.
“En estas circunstancias es probable que los que estarán más en riesgo son los empleados de la planta nuclear o los trabajadores de rescate si se ven expuestos a altos niveles de radiación”, dice el experto.
“Si el yodo radiactivo logra entrar al organismo, la persona podría estar en riesgo de sufrir cáncer de tiroides. Pero ese riesgo puede contrarrestarse con las tabletas de yoduro de potasio”.
“Además, los japoneses suelen comer con altos niveles de yodo natural en su dieta, así que eso también está a su favor”, completa.
Tomado de: http://guanabaneroymas.wordpress.com
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